sábado, 7 de noviembre de 2009

MACRI: LA POLITICA PRIVATIZADA. ESCRIBE OSCAR GONZALEZ

La privatización de la política de Buenos Aires


Por Oscar González*
Cuando, en octubre de 2007, Mauricio Macri ganó las elecciones para jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires pocos recordaban que el empresario había sido uno de los pocos dirigentes argentinos que, nueve años antes, había repudiado la detención en Londres del dictador chileno Augusto Pinochet a pedido del juez español Baltasar Garzón.

 

En esa época, Macri era más conocido por sus apariciones en las revistas del corazón que por su compromiso político. En aquella ocasión, Macri consideró inadmisible la aplicación de la justicia universal a los violadores de derechos humanos.

Pero los años pasaron, y el poderoso empresario aprendió a disimular sus reflejos antidemocráticos mientras lograba inocular, en cierta opinión pública, la idea de que la astucia para ganar dinero era una virtud aplicable a la gestión de gobierno.

Eran tiempos en los que la política, como capacidad específica para administrar la cosa pública, y las ideologías, en tanto principios rectores de aquélla, se habían desacreditado suscitando el estallido de las representaciones políticas tradicionales.

Para muchos dirigentes residuales de las alas conservadoras de esos partidos maltrechos, el macrismo triunfante fue un imán y la posibilidad de relanzar una administración neoliberal, posmenemista, que en el nuevo escenario le diera continuidad a las políticas aplicadas en la década del 90.

Así fue como el nuevo jefe de Gobierno encaró su gestión con una concepción empresaria, armó su gabinete con los ejecutivos que lo habían acompañado en el holding familiar y lanzó un plan de gobierno en el que la contratación de obra pública -rubro fundacional del grupo- fue leimotiv de su gestión, aunque sus resultados son menos que exiguos.

La otra cara de la gestión macrista, vinculada menos directamente con los negocios con el Estado, permaneció durante algún tiempo en las sombras porque sus víctimas, los sectores más vulnerables de la sociedad, tienen restringida la voz y atenuada su visibilidad.

Así fue como se desarrolló un proceso expulsivo que salió a la luz a causa de la brutalidad de la recién disuelta Unidad de Control del Espacio Público (UCEP), condensación del modelo de seguridad macrista destinada a erradicar violentamente a los "usurpadores" del espacio público.

Muchos se preguntan porqué Macri cometió tantos errores políticos que luego se vio forzado a revertir, como crear la UCEP, nombrar al comisario Jorge Fino Palacios (vinculado al atentado terrorista a la AMIA) al frente de la Policía Metropolitana , y luego al comisario Chamorro en el mismo cargo.

Para culminar con la contratación de Ciro James, que se dedicaba a espiar empresarios, al dirigente de Familiares de Víctimas de la AMIA, Sergio Burstein, y hasta al propio cuñado de Macri, en una muestra de promiscuidad digna del programa de televisión más amarillista.

La respuesta a esta pregunta está en la perspectiva clasista del jefe de Gobierno, que considera que lo que es bueno para él y su círculo económico y social privilegiado es bueno para la ciudad. No admite otra sensibilidad que no sea esa.

El propio concepto de "ciudad limpia" trasluce esa concepción de apropiación privada del espacio público, la misma que históricamente condujo a que el 60 por ciento de la superficie de propiedad comunal terminara en manos de grupos privados.

En ese esquema, que privatiza la política misma, la represión, en cualquiera de sus formatos, es el complemento indispensable para ejercer ese exclusivo derecho "de pertenencia", es decir de clase, idéntico al que invocan los dirigentes de la Sociedad Rural.

Es que no hay nada novedoso en la versión porteña del viejo modelo de exclusión y privilegio. Y el propio espía James es un emergente de esta noción de que el Estado es, por sobre todo, una franquicia para enriquecerse y un instrumento para usar en beneficio propio.

*Dirigente socialista. Secretario de Relaciones Parlamentarias del gobierno nacional.




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domingo, 1 de noviembre de 2009

Artículo sobre ANSES

ANSES y su nuevo rol económico

Ricardo Romero

Profesor Economía Política CNBA

 

El nuevo rol que tiene el ANSES en las políticas públicas marcan el nuevo perfil de nuestra economía. Recordemos que las privatizaciones del sistema jubilatorio, que pasó de esquema solidario de contención social, donde los trabajadores activos financiaban a los trabajadores pasivos, a un mecanismo individualista de protección personal, donde los trabajadores invierten en su jubilación futura.

De hecho, las administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones (AFJP) que tomaban los descuentos jubilatorios, pasaron a convertirse en agentes financieros, con el compromiso de capitalizar los ahorros personales salariales. Se proponían incentivar la inversión y mejorar las asignaciones de los futuros jubilados. Sin embargo, terminaron subsumidos al proceso de especulación financiera y la pérdida de los fondos jubilatorios, por las cuantiosas comisiones y malas inversiones.

En definitiva, el efecto de generar capital para dinamizar la economía y lograr crecimiento económico presente con ganancias futuras, no prosperó, y se recurrió a recuperar un instrumento que debe garantizar un derecho social. Fueron pocos los que criticaban el sistema y las pérdidas que las AFJP generaron, y sin embargo protestan acusando la apropiación del Estado de los fondos, sin ver la nueva forma de administración de los mismos y el impacto que tendrá la medida sobre los ingresos jubilatorios.

Por ende, la ANSES, a partir de un sistema solidario de protección social, instrumenta los mecanismos de capitalización a fin de ser una herramienta, tanto para préstamos de inversión como para la asignación de fondos compensatorios o sociales, que garantiza las posibilades de acceso a derechos. Es interesante ver el nuevo rol que tiene, que así como el IAPI en su momento reordenaba un modelo económico, hoy la ANSES puede tener un accionar clave en las políticas económicas y sociales de nuestro país.

Para esto, sería interesante repensar a éste organismo con espacios de participación de la Sociedad Civil, o incluso vinculado a un Consejo Económico Social, a fin de diseñar políticas estratégicas que acompañen las medidas o acciones que viene desarrollando la ANSES y garanticen el buen destino de los fondos y permitan convertirlo en un instrumento sustancial para un futuro mejor.



Ricardo Romero
Politólogo UBA/UNSAM
Cel: 00-54-9-11-6548-9636



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viernes, 30 de octubre de 2009

Superar el Bipartidismo. Por Ricardo Romero

Superar el bipartidismo con una nueva democracia

 

Ricardo Romero

Politólogo UBA/UNSAM

Red Socialista Alfredo Palacios

Corriente Unidad Socialista

 

            La crisis del sistema representativo provocó la desestructuración de un esquema institucional pensado para un bipartidismo presidencialista, generando la desestructuración de los partidos políticos tradicionales (UCR y PJ) y una fragmentación casi personalista de las configuraciones políticas. De este modo, pasamos de un sistema mayoritario con fuerte peso del ejecutivo, a un gobierno condicionado por el congreso, pero con la ausencia de los instrumentos que tiene el parlamentarismo para consolidar el poder polític, lo que provoca inestabilidad y volatilidad política.

            Sin duda, es necesario pensar una reforma política que permita consolidar la gobernabilidad democrática y afianzar la relación con la ciudadanía, por eso debemos tratar de superar el presidencialismo bipartidista y no aumentar las condiciones para lograr representación, por que con esto restingimos las posibilidades de elección y búsquedas de acuerdos programáticos. Debemos generar una nueva democracia donde el punto central no es cómo elegir, sino en convertir en mandatarios a nuestra representación.

            Salir de los esquemas burocráticos y clientelares de los grandes partidos, hacia un proceso dinámico de involucramiento ciudadano, resulta imperioso, por lo que necesitamos abrir los espacios de acceso a la representación, propiciando nuevas figuras y procesos amplios, transparentes y flexibles de elección.

Contrario al bipartidismo, necesitamos propiciar la diversidad de ideas, para ampliar la identificación política con nuestros parlamentarios y generar mecanismos de acuerdos institucionales que permitan funcionar al poder ejecutivo, llevando nuestro presidencialismo hacia un esquema de coalición, que obligará a contemplar acuerdos más allá de una tiranía de mayoría, y abrir el campo para la contención de alianzas con expresiones políticas alternativas, obligando a garantizar los compromisos programáticos asumidos, algo que le faltó al esquema de transversalidad y concertación.

Pero con esto no alcanza. Una nueva democracia necesita recompender el sentido mismo del gobierno del pueblo, donde la voluntad popular no se agota en el sufragio, sino que es necesario fortalecer la representación con los mecanismos de participación. Poner en funcionamiento los instrumentos de democracia directa con los que cuenta nuestra constitución resultan un paso necesario para garantizar nuestra representación política.

A dos siglos de la Revolución de Mayo, vale la pena recuperar las ideas de Mariano Moreno, quien nos decía: "…es conveniente que los pueblos aprendan por si mismos lo que es debido a us intereses y derechos (…) pero deben aspirar a que nuncan puedan obrar mal…", quizás la celebración del Bicentenario nos inspire a alcanzar ese legado.

 

           

             




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lunes, 31 de agosto de 2009

Rivas sobre ley de Servicios de Comunicación Audiovisual

El socialista Jorge Rivas, a favor de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual

"El monopolio de la información

limita la democracia"

 

 

"El apoderamiento de la información por parte de unos pocos grupos monopólicos ha sido y es un límite de hierro para la profundización de la democracia en la Argentina ", sostuvo hoy el diputado socialista Jorge Rivas al hacer público su apoyo al proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que el Poder Ejecutivo ha enviado al Congreso Nacional.

 

"La liquidación del régimen de radiodifusión impuesto por la última dictadura, y su reemplazo por una norma que cierra el camino al acaparamiento de medios, que abre espacios de expresión a sectores amplios de la comunidad, que protege el derecho de los ciudadanos a una información plural, no debe demorarse más", prosiguió el ex vicejefe de Gabinete.

 

"Algunos sectores de la oposición política y de la mediática - concluyó Rivas – fundan su rechazo al proyecto oficial en una presunta defensa de la libertad de expresión, lo que es un contrasentido, y una dirigente ha llegado a decir que no vacilaría en apoyar a 'llamados grupos económicos' en aras de esa libertad, lo que se parece en realidad a una confesión disfrazada y vergonzante".  

 

 



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lunes, 24 de agosto de 2009

Opinión de Jorge Rivas

Página 12

Cuanto peor, peor

Por Jorge Rivas *

El inesperado resultado electoral del 28 de junio sacudió el escenario político de nuestro país. Por un lado, ganó posiciones una primitiva derecha encarnada en herederos millonarios, que parecen convencidos –tal vez por influjo de sus propias historias personales– de que el solo devenir histórico los va a depositar en la Rosada. Ya dan señales de estar repartiendo la piel del oso antes de haberlo cazado, sin reparar en el detalle de que parte de su éxito debe adjudicarse al hecho de que la ciudadanía los entrevió como una opción para manifestar su fastidio contra el Gobierno.
 



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domingo, 23 de agosto de 2009

Aportes del Socialismo al Diálogo Político



EL SOCIALISMO BONAERENSE LLEVÓ SUS APORTES AL DIALOGO POLITICO

Aporte socialista al diálogo político convocado por el gobierno nacional
Profundizar el cambio con más justicia social, independencia nacional y unidad latinoamericana


El mundo atraviesa una profunda crisis que se inició en las finanzas y hoy se abate sobre la economía real destruyendo a mansalva fuerzas productivas en los países centrales y afectando al resto del mundo. Se trata de una crisis del capitalismo sólo comparable a la que en 1930 obligó a relanzar el sistema e instaurar un nuevo patrón de acumulación y su correlación social, el llamado Estado de Bienestar.
La debacle, nacida en el seno de las grandes potencias, se origina en el estallido de las contradicciones propias de un modelo de reproducción del capital basado en una deliberada y absoluta desregulación del mercado financiero, de tipo meramente especulativo. Ésta, vinculada a las características adoptadas por el imperialismo a partir del fenómeno de la globalización, derivó en un divorcio total entre la actividad económica virtual y la real, dando lugar a una dinámica que colapsó por su propia inviabilidad.

Consecuencia necesaria de este desfasaje es el aumento irracional de precios de bienes básicos para cualquier sociedad -alimentos, energía, vivienda-, generando simultáneamente altísimos beneficios para los poseedores de grandes riqueza y severos perjuicios para la amplia mayoría de la población mundial. Como siempre, las crisis las generan los ricos y la pagan los pobres.

El estallido de la burbuja financiera impacta negativamente sobre la actividad productiva y el comercio internacional, conduciendo necesariamente a una contracción del intercambio y a elevados niveles de volatilidad e incertidumbre. Más expuestos y menos preparados para afrontar la tormenta, los países pobres y los denominados emergentes, como Argentina, afrontan –una vez más– serios riesgos no sólo económicos, sino también políticos y sociales.

En ese contexto internacional y quebrando una tradición de altísima susceptibilidad a las turbulencias externas –para recordar sólo algunas, cabe citar la crisis del petróleo de 1973, la de la deuda externa de 1982 o el recordado "efecto Tequila"– hoy nuestro país se halla en una posición de relativa fortaleza que le permite ser optimista y desarrollar estrategias sostenibles para capear el temporal.
Lo anterior no supone afirmar que estaremos exentos de los coletazos de una crisis de dimensión planetaria ni tampoco que no se deberán adoptar medidas extraordinarias para enfrentarla. Pero sí creemos que estamos mucho mejor preparados que en cualquier otra situación similar que haya tenido lugar en el pasado.

Frente a la recesión que golpea las economías de los países centrales desde hace varios meses, la actividad económica nacional, aun atenuada, permite sostener en general los niveles de empleo. Del mismo modo, la recaudación no se aleja demasiado de lo proyectado, permitiendo continuar con una política de gastos orientada principalmente a la obra pública, importante generadora de trabajo, y al gasto social. Finalmente, las reservas depositadas en el Banco Central otorgan tranquilidad frente a una disminución del superávit de la balanza comercial, como así también constituyen una herramienta útil para prevenir las acciones de quienes intentan presionar sobre el tipo de cambio a través de "corridas" u otras operaciones especulativas, lo que podría descompensar la actividad financiera y disparar procesos inflacionarios.

En definitiva, las políticas adoptadas por el Gobierno Nacional a partir de 2003 buscan la estabilidad de las principales variables macroeconómicas y una base sobre la cual encarar estrategias de cara al nuevo contexto internacional que, lejos de basarse en el ajuste y medidas restrictivas, se orientan al sostenimiento del gasto público, los incentivos a la producción y la defensa del rol del Estado en la regulación de la economía. Igualmente destacables resultan los esfuerzos constantes por desarrollar estrategias regionales frente a la crisis, fortaleciendo así el proceso de integración política y económica latinoamericana sostenido durante los últimos años.

Del análisis precedente se concluye que, en términos generales, evaluamos positivamente la gestión del Poder Ejecutivo nacional desde el 2003 a la fecha, ya que se ha impulsado un proceso de reparación de la trama social, basado en la recuperación del empleo y la producción, algunas medidas – aun insuficientes- de redistribución de la riqueza y un creciente protagonismo estatal en la actividad económica.

En este sentido, creemos que existe una clara continuidad entre los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, donde no sólo se sostuvieron los lineamientos básicos del modelo propuesto sino que incluso ciertos aspectos se han profundizado. Ejemplos de ello son la recuperación de Aerolíneas Argentinas, elegida en su momento como ícono de las privatizaciones menemistas, y la eliminación del régimen previsional de capitalización individual (AFJP), sin duda la medida estructural de mayor trascendencia de la etapa.

Llegamos a este diálogo sin perder nuestra identidad ni autonomía sino todo lo contrario: ratificamos el sentido crítico de nuestro acompañamiento constructivo al proyecto nacional que defendemos como propio, conservando la posibilidad de disentir. Este no es un aspecto secundario sino un punto central de nuestras líneas de acción: somos conscientes de que los procesos políticos son complejos y contradictorios, que en el actual dispositivo de gobierno conviven quienes impulsan una transformación real con quienes acompañan por otras razones registrando incluso un pasado reprochable.

Por este motivo, preservar nuestra autonomía y la capacidad de crítica es fundamental para clarificar el rol que debemos jugar las fuerzas políticas de izquierda: luchar para la profundización de la transformación para avanzar cada vez más en la redistribución del ingreso, construir una sociedad crecientemente igualitaria, para que no se pierda el rumbo y que el horizonte sea siempre un país con más justicia social, más independencia nacional y más unidad latinoamericana.
Por todo lo anteriormente expuesto, entendemos como positiva la decisión del Gobierno Nacional de convocar al conjunto de las fuerzas políticas al diálogo, para la búsqueda de consensos en torno a propuestas concretas y constructivas para abordar los problemas más acuciantes de nuestro país.

Por tal motivo, elevamos al gobierno nacional las siguientes propuestas, orientadas al fortalecimiento de las instituciones democráticas y a una mayor redistribución de la riqueza, las cuales esperamos sean consideradas por las autoridades y, en particular, por la Sra. Presidenta de la Nación, Dra. Cristina Fernández de Kirchner:

1- Establecer una asignación universal por hijo, medida reclamada en numerosas iniciativas legislativas tanto de nuestras fuerzas como de otras, con el objetivo de profundizar la redistribución progresiva del ingreso que contemple la gravísima situación de informalidad laboral o desempleo que aqueja a tantos argentinos.
2- Promover la generalización del presupuesto participativo en la gestión municipal en todo el país y evaluar su aplicación a nivel provincial, toda vez que dicha herramienta supone un salto cualitativo hacia una democracia participativa.
3- Apoyar el anteproyecto de Ley de Servicios Audiovisuales para que sea tratado en el menor plazo posible en el Congreso Nacional, tomando los aportes de las organizaciones que vienen trabajando sobre la temática y que apuntan a una mayor democratización y participación popular en el sistema comunicacional.
4- Mantener la vigencia de los derechos de exportación de productos agrícolas y analizar la fijación de retenciones a las exportaciones mineras y petroleras como medida destinada a profundizar la redistribución del ingreso y avanzar en estrategias de desarrollo sustentable. Gravar la renta financiera para alcanzar los objetivos señalados y defender la producción y la economía real.
5- Garantizar una gestión calificada y transparente del Instituto Nacional de Estadística y Censos, preservando la credibilidad y pertinencia técnica del organismo en la elaboración de datos que son materia prima fundamental para la adopción de las políticas públicas.
6- Analizar, de acuerdo a la experiencia obtenida, la normativa que regula el funcionamiento del Consejo de la Magistratura, a fin de que ningún estamento disponga de poder de veto.
7- Avanzar en la recuperación estatal total o parcial de las empresas prestadoras de servicios públicos, generar mayor control sobre las mismas y orientar su gestión hacia el cumplimiento del rol social fundamental que tienen.
8- Avalar la constitución del Consejo Nacional Económico y Social, integrando al mismo tanto al conjunto de las fuerzas del trabajo y la producción como a las organizaciones sociales y políticas, como ámbito de discusión de las políticas fundamentales que el país demanda para atender tanto necesidades urgentes y acuciantes, como la pobreza y la desocupación, como para desarrollar líneas de acción estratégicas y de largo plazo para consolidar un modelo de país para las futuras generaciones.
9- Garantizar la plena vigencia del art. 14 bis de la Constitución Nacional, incluyendo la sanción de una ley que dé plena operatividad al derecho a la cogestión obrera, que implica participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas, control de la producción y colaboración en la dirección.
10- Auspiciar una reforma tributaria progresista que contemple la reducción de impuestos generales a los bienes de consumo popular -en especial el IVA a la canasta básica de alimentos, salud y educación-, y el incremento de la carga impositiva al consumo de bienes suntuarios.
11- Proponer un proyecto de ley de crédito productivo y cobertura universal de servicios financieros que suplante a la ley de entidades financieras actualmente vigente, gestada durante la dictadura militar, que es responsable de la aguda escasez de financiamiento productivo a largo plazo.
12- Promover una ley para micros, pequeñas y medianas empresas que permita el crecimiento y desarrollo de la actividad económica de estos emprendimientos.
13- Impulsar un proyecto de ley de empleo joven que contemple la capacitación de estos e incentive el compromiso empresarial para promover las nuevas contrataciones.
14- Por último, comprometidos con el proyecto plural que propicia el gobierno nacional, consideramos oportuno y conveniente ampliar la participación en las responsabilidades de gobierno de las diversas tradiciones políticas que, como el socialismo y otros sectores, están predispuestos a contribuir a profundizar el proceso de cambio social que encarna la presidenta Cristina Fernández.
Buenos Aires, 20 de agosto de 2009




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lunes, 17 de agosto de 2009

Escribe Oscar González

De: igualdad-ps.blogspot.com <igualdad.ps@gmail.com>
Asunto: Escribe Oscar González
Para: marcosviancheto@yahoo.com.ar
Fecha: lunes, 17 de agosto de 2009, 10:48 am

 
ESCRIBE OSCAR GONZÁLEZ
Retórica escandalosa y centralidad del trabajo
 
Por Oscar R. González *
 
Cuando Néstor Kirchner asume el gobierno, en 2003, el derrumbe de la convertibilidad y el posterior estallido del 2001 habían dejado un país tan devastado socialmente que ningún analista económico pronosticaba plazos de recuperación menores a una década, con lo cual volver a un índice de desempleo menor a dos dígitos aparecía como una meta incierta, casi imposible. En las consultoras privadas y entre los analistas de los grandes grupos económicos se hablaba sin tapujos de las dificultades del nuevo gobierno, que, según opinaban casi unánimemente, tendría que resignarse a aplicar un ajuste feroz para pagar la deuda pública, ya que el default declarado bajo la gestión de Eduardo Duhalde sólo había postergado brevemente el problema. Tanto que, luego del intento de disciplinamiento social mediante la represión, que culminó en el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán el 15 de mayo de 2005, ese presidente tuvo que llamar a elecciones anticipadamente e irse a su casa.
 
 
 
 
--
Saludos
Marcos Viancheto
Prensa
 
 



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jueves, 30 de julio de 2009

En busca del Modelo perdido

Ricardo Romero
Profesor Economía Política CNBA

La economía argentina transitó diferentes ciclos a lo largo de su vinculación con el capitalismo moderno, y el rasgo más relavante de cada período, es el peso del sector comercial exportador en la configuración de los modelos de acumulación. Incluso, en la fase de sustitución de importaciones, la regulación comercial buscaba obtener divisas y reorientarlas hacia la industria, lo que provocaba el rechazo de los exportadores que las generaban y llevando a enfrentamientos profundos como la última dictadura militar.
El Modelo abierto tras la salida a la crisis del 2001, se centró en una sobrevaluación del dólar, favoreciendo el perfil exportador y desalentando las importaciones, que junto a una tendencia de precios altos de los alimentos permitió un fuerte ingreso de divisas y una paulatina recuperación económica interna, sumado a una redistribución a través de las retenciones. Cabe destacar que el crecimiento de esta fase no es sólo esfuerzo de los productores agroexportadores, sino también, de la población que debe afrontar una política económica restrictiva al consumo externo.
Este esquema, que tuvo una fuerte fase expansiva de crecimiento, permitió generar un proceso de acumulación de reservas que, si bien lograron sortear esta crisis con menos costos relativos, no fueron destinados a cambiar una estructura económica que nos condiciona a los vaivenes del mercado externo. Así, con el proceso inflacionario y la pérdida de competitividad junto a la caída de precios internacionales, provocaron una tensión para los que quieren mantener sus niveles de rentabilidad. Y como la historia se repite, nuevamente la Sociedad Rural encabeza una cruzada contra un gobierno popular.
La nueva configuración política dejó a la actual gestión en la necesidad de dialogar, pero cabe señalar, que a la oposición también, porque sino quedamos subsumidos al programa de la Mesa de Enlace, que avasalla con sus demandas sectoriales, presentadas como reivindaciones del bienestar general. En todo caso, deberíamos impulsar un debate abierto sobre el rumbo económico, que no se concentre en ganancias parciales del sector exportador sino que impulse crecimiento, desarrollo y redistribución de ingreso.
No es imposible, es pensar un nuevo Modelo. Pero para eso deberíamos salir de la matriz neoclásica, que nos condena a ser el granero del mundo y en el cuál los patrones rurales mandan. Debemos pensarnos como parte de una región económica, integrada comercial y productivamente, con alto desarrollo industrial y tecnológico, y una fuerte base de consumo interno. Obviamente, este esquema implica una articulación con los países latinoamericanos donde, cabe decirlo, nuestro vecino Brasil juega un rol preponderante y Argentina es un socio estratégico. En esos marcos, podríamos encontrar un Modelo Perdido que no nos condenen a las dádivas de las retenciones.

Socialismo más allá del Partido Socialista

Ricardo Romero
Red Socialista Alfredo Palacios
Corriente Unidad Socialista
Partido Socialista

El Partido Socialista cruje por dentro, en las elecciones pasadas tuvo diversas estrategias electorales. Desde ir en un frente en Santa Fe, aliado al Radicalismo en Provincia de Buenos Aires (previa intervención y expulsión de los referentes mayoritarios del distrito), sólos en Ciudad de Buenos Aires, en frentes pero con estrategia propia, como en La Rioja, e incluso, con nuevo partido, como en Santa Cruz.
Lo cierto es que se presenta un dificil posicionamiento para el socialismo, en la construcción de un proyecto nacional. Si protege los ropajes republicanos, termina aliado al radicalismo y cercano a las viejas estructuras oligárquicas terratenientes; y si apuesta a una construcción popular, la alianza natural son los movientos sociales y queda cercano al poder de los intendentes y gobernadores, sin tener una hegemonía de cambio y ciudadanización.
Las elecciones pasadas dejaron diversos mensajes, algunos más explícitos que otros, o incluso, ciertos resultados se minimizan, como la pérdida electoral del macrismo en la Ciudad de Buenos Aires. En definitiva, las múltiples estrategias electorales tienen que ver con un mozaico político, donde la construcción del socialismo se hace en multiniveles o en diferentes terrenos político electorales, que van desde lo municipal, lo provincial y lo nacional.
Quienes propicipamos una Unidad Socialista que impulse un Partido amplio, democrático y participativo, entendemos que debemos profundizar el debate sobre las líneas de acción programáticas en cada unos de los niveles municipales, provinciales y nacional; sencillamente, porque la desestructuración de los partidos políticos, provocaron alianzas cruzadas entre sectores progresistas, populares y democráticos de las distintas identidades políticas y con diferentes articulaciones en cada realidad provincial.
Por ende, si no se quiere caer en expulsiones e intervenciones de los distritos, es necesario pensar un Partido que pueda aceptar estrategias diferenciadas en cada nivel, incluso con acuerdos políticos (institucionales, parlamentarios o de gestión) que fortalezcan aquellas políticas que den un constante avance a conquistas sociales.
Igualmente, de hecho la construcción del socialismo se da más allá del Partido Socialista, porque como vimos, en Santa Fe, la articulación y gestión de Binner arrojaron un buen resultado a pesar de la derrota; en tanto que en Ciudad de Buenos Aires, si bien por primera vez el socialismo no elige representante local, entraron socialistas en otras listas; en tanto que en otros distritos, socialistas lograron ocupar espacios a través de listas llamadas colectoras o frentes electorales, como el flamante concejal de Chamical, La Rioja.
En tal sentido, tenemos el desafío de articular una propuesta que pueda poner al Partido Socialista en un rol histórico en la construcción del socialismo en Argentina. Para ello, tenemos que impulsar la reactivación de sus espacios de deliberación, de sus ámbitos de participatición y de sus mecanismos de decisión democráticas, para poder fortalecer un proyecto que, como señalamos, no va a ser uniforme y homogéneo, sino por el contrario, tendrá una diversidad que deberá orientarse garantizar en distintos niveles, la defensa de la economía social, el avance de los derechos, la participación ciudadana y el latinoamericanismo. Sólo así, el Partido Socialista será constructor del socialismo en nuestro país.

miércoles, 29 de julio de 2009

Unidad Socialista. El futuro socialista


 Por Roberto Follari *

Tras el hundimiento de Carrió en las urnas –subrayado por su no concurrencia
al diálogo–, ya es obvio que el candidato del denominado Acuerdo Cívico ha
de ser Cobos. A pesar de sus desaires al radicalismo –tanto en la última
elección como antes en Mendoza–, en la UCR ahora se subordinan a su
voluntad, en la medida en que la imagen positiva del vicepresidente los
doblega.
Sobreviene la inevitable pregunta: ¿a qué juega el Partido Socialista en
todo esto? Giustiniani perdió en Santa Fe, a pesar de una muy buena elección
de su agrupación. Resultado: es obvio que Binner no puede aspirar a la
candidatura máxima. Además, perdería ampliamente en cualquier compulsa
interna contra el radicalismo, que tiene una estructura abrumadoramente
superior a nivel nacional.
Por ello, el socialismo ya no puede aspirar a conducir –siquiera por vía
candidaturas, ya que nunca por mayoría numérica– el Acuerdo Cívico. Ergo: si
se queda allí, será comparsa segundona del cobismo. Flojo negocio ir como
furgón de cola, y para colmo, hacerlo con alguien que no le hace ascos a la
derecha (desde el telefonazo a Menem, a la reunión con De Narváez).
Claro que Giustiniani ha dado claras muestras de vocación seguidista,
haciendo a su partido indistinguible de la Mesa de Enlace y de la oposición
salvaje. De tal manera, es esperable que el senador quiera jugar como
"legitimador progresista" del cobismo, subordinándose al mismo.
Pero no es tan obvio que Binner esté dispuesto a ese papel y menos aún que
lo estén todos en su partido. Como ejemplo, baste advertir que el socialismo
de Mendoza (el que conoce a Cobos de cerca, el que recuerda su desmanejo
cuando gobernador en un tema clave como seguridad) no fue a la elección con
el acuerdo entre el radicalismo y Carrió. Entendió que no podía ponerse al
socialismo dentro de una coalición que no lo representa ideológicamente.
Es que –con una figura de peso como Binner–, el socialismo puede aspirar a
no ser socio menor de la derecha, jugando en cambio a ser parte
constituyente del nuevo conglomerado de izquierda que se avizora, junto a
sectores como los representados por Sabbatella, por Solanas/Lozano, e
incluso por el kirchnerismo. En ese espacio jugaría con mejores
posibilidades de liderazgo que las que tiene con el cobismo, además de que
contribuiría a la reconstitució n de una alternativa popular a nivel
nacional. Mientras, Giustiniani se reúne con los radicales. Pero no
desconoce que, al interior de su partido, un áspero debate recién empieza.
** Doctor en Psicología, profesor de la Universidad Nacional de Cuyo.*



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