miércoles, 29 de julio de 2009

Unidad Socialista. El futuro socialista


 Por Roberto Follari *

Tras el hundimiento de Carrió en las urnas –subrayado por su no concurrencia
al diálogo–, ya es obvio que el candidato del denominado Acuerdo Cívico ha
de ser Cobos. A pesar de sus desaires al radicalismo –tanto en la última
elección como antes en Mendoza–, en la UCR ahora se subordinan a su
voluntad, en la medida en que la imagen positiva del vicepresidente los
doblega.
Sobreviene la inevitable pregunta: ¿a qué juega el Partido Socialista en
todo esto? Giustiniani perdió en Santa Fe, a pesar de una muy buena elección
de su agrupación. Resultado: es obvio que Binner no puede aspirar a la
candidatura máxima. Además, perdería ampliamente en cualquier compulsa
interna contra el radicalismo, que tiene una estructura abrumadoramente
superior a nivel nacional.
Por ello, el socialismo ya no puede aspirar a conducir –siquiera por vía
candidaturas, ya que nunca por mayoría numérica– el Acuerdo Cívico. Ergo: si
se queda allí, será comparsa segundona del cobismo. Flojo negocio ir como
furgón de cola, y para colmo, hacerlo con alguien que no le hace ascos a la
derecha (desde el telefonazo a Menem, a la reunión con De Narváez).
Claro que Giustiniani ha dado claras muestras de vocación seguidista,
haciendo a su partido indistinguible de la Mesa de Enlace y de la oposición
salvaje. De tal manera, es esperable que el senador quiera jugar como
"legitimador progresista" del cobismo, subordinándose al mismo.
Pero no es tan obvio que Binner esté dispuesto a ese papel y menos aún que
lo estén todos en su partido. Como ejemplo, baste advertir que el socialismo
de Mendoza (el que conoce a Cobos de cerca, el que recuerda su desmanejo
cuando gobernador en un tema clave como seguridad) no fue a la elección con
el acuerdo entre el radicalismo y Carrió. Entendió que no podía ponerse al
socialismo dentro de una coalición que no lo representa ideológicamente.
Es que –con una figura de peso como Binner–, el socialismo puede aspirar a
no ser socio menor de la derecha, jugando en cambio a ser parte
constituyente del nuevo conglomerado de izquierda que se avizora, junto a
sectores como los representados por Sabbatella, por Solanas/Lozano, e
incluso por el kirchnerismo. En ese espacio jugaría con mejores
posibilidades de liderazgo que las que tiene con el cobismo, además de que
contribuiría a la reconstitució n de una alternativa popular a nivel
nacional. Mientras, Giustiniani se reúne con los radicales. Pero no
desconoce que, al interior de su partido, un áspero debate recién empieza.
** Doctor en Psicología, profesor de la Universidad Nacional de Cuyo.*



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